Internos e Internas cosen sábanas para Hospitales

  • Desde los talleres textiles del EP3 de Bouwer y EP4 de Montecristo, confeccionan para el Hospital San Roque juegos de sábanas, ambos y equipos para cirugía.
  • También se realizan producciones para satisfacer demandas de otros centros de salud.
  • La capacitación forma parte de las políticas de resocialización dirigidas a las personas privadas de su libertad.

Los talleres de oficios que funcionan en los establecimientos del Servicio Penitenciario de la Provincia, no solo brindan a internos e internas formación y herramientas para su desarrollo personal y reinserción social, sino que generan producciones que son útiles y demandadas por otros sectores de la sociedad civil o del Estado.

Tal es el caso del Hospital San Roque. Los talleres textiles del Establecimiento Penitenciario N°3 para Mujeres y del Establecimiento N°4 de Montecristo abastecen al centro de salud de juegos de sábanas completos, pantalones, chaquetillas y de equipos de cirugía que incluyen sábanas cerradas y abiertas, cobertores y el cubremesa para los equipos quirúrgicos.

El jefe de comercialización de la Dirección de Trabajo y Producción del Servicio Penitenciario, Darío León, señala que el año pasado se produjeron 2000 juegos de sábanas para el Hospital y que este año prevén entregar otro tanto.

En ese sentido, expresó: “El hospital nos provee la tela, y solo cobramos para cubrir los hilos y el consumo indirecto como luz y uso de maquinaria”.

También señala con satisfacción que el taller ha producido pedidos del Hospital de Arturo U. Illia de Alta Gracia, para una Clínica Privada de Cruz del Eje, y que incluso el taller de costura industrial –uno de los más grandes- que funciona el Complejo Carcelario de Cruz del Eje, es proveedor del programa Paicor generando en el último período 5000 repasadores, casi 3000 kit para el personal con sus cofias, barbijos dobles, y delantales o chaquetillas, así como manoplas y agarraderas.

“Acompañar” para abrir caminos

El Taller textil asentado en el Establecimiento N° 3 para Mujeres de Bouwer dispone de la tecnología necesaria para el ensamblado de las telas y de espacios amplios con tablones donde realizar moldeado y corte, así como los últimos pasos de la producción: limpieza y control de calidad, planchado, y embalaje.

Pero lo más importante, cuenta con las profesoras de corte y costura que no solo son las que se encargan de trasmitir las técnicas, sino que incentivan a abrazar un oficio que les brinda a las internas un quehacer en sus horas de encierro y la posibilidad de una salida laboral.

Cintia, sin ningún tipo de conocimiento previo de costura inició el taller hace ocho años al poco tiempo de ingresar al Establecimiento. Cuenta que para asistir al espacio las maestras son un apoyo importante. “Ante la sensación del algún tipo de frustración, de que no podes y demostrarte que sí se puede…  Ese acompañamiento y esa ternura es muy humana, de acompañar, y eso provoca esa satisfacción de venir a trabajar”, describe.

La joven afirma que esta actividad la ayuda mucho a superar la situación que momentáneamente transita. “Sentirse útil es lo que genera, la satisfacción después al ver el producto terminado y ver los logros que se hacen también, … porque es no solamente sentarse, apretar un botón y manejar el pedal” indica Cintia.

Cuando se incorporó al espacio dice que no tenía idea de todo lo que se podía lograr desde el taller, todo lo que se produce y todo que se innova, destaca. “Es lindo, me gusta y lo incorporo”, comparte orgullosa.

Ella ya está proyectando su futuro. Se encuentra próxima a recuperar su libertad. Dice que su desafío es tomar y “atesorar” el mayor conocimiento posible mientras asista al Taller porque sí se ve dedicada a la costura.  “Esto me abrió las puertas para poder emprender y pensar en trabajar de manera independiente.  Me ha abierto mucho mi cabeza también, sobre todo lo que es producción así para hospitales, espacios públicos…”, asegura.